martes, 27 de septiembre de 2011

Práctica: De la idea a la imagen.

En estos dos días hemos desarrollado un proceso creativo en grupo, en el que hemos intentado crear un producto y darle nombre e imagen. Ahora que ya llevamos unas horas participando en él, puede ser útil realizar una recapitulación

¿Qué proceso hemos seguido?


Fase 1. Descripción inicial y concepto básico. Discutimos hasta encontrar un producto y un mercado potencial para él. En este punto definimos los rasgos básicos del producto: qué venderemos y a quién. Un par de frases nos servirán para describir esto.

Fase 2. Investigación sobre el público objetivo. Intentamos describir a nuestros clientes potenciales con un perfil lo más completo posible. Cuántos son, dónde viven, en que trabajan, cuánto dinero tienen y gastan, cómo piensan...Nos interesan sobre todo los valores y actitudes predominantes entre ellos: meternos un poco en su piel y su forma de ver el mundo.

Fase 3. Definición de la identidad corporativa o de producto. Con la información anterior, elaboramos más detalladamente nuestro producto para hacerle partícipe de esos valores. Redactamos la definición del producto y los valores que queremos asociar a él.

Fase 4. Generación de ideas. Usamos todo lo redactado en el punto anterior para generar ideas. Buscamos sinónimos, ideas afines, animales, países, personajes históricos... Por ejemplo, si uno de los valores que representa a nuestro producto en el punto 3 es el trabajo, ponemos llegar a la hormiga, al martillo, al casco o a otros conceptos afines a esa idea, que podrian representarla. Esta es una fase creativa en la que todas las ideas son bienvenidas.
Al final obtenemos un panel lleno de ideas, frases y palabras sueltas que nos ayudarán a encontrar el nombre y la imagen adecuados para nuestro producto.

Fase 5. Preselección y bocetos. Escogemos un nombre e imagen y realizamos varios bocetos. De esta forma iremos viendo cómo algunas ideas toman forma. Con varios bocetos sobre la mesa podemos discutir hasta llegar a un candidato final: una pareja de nombre e imagen que asignaremos al producto.

Fase 6. Desarrollo de la imagen. Tenemos un boceto y una idea clara. Vamos a desarrollarlo generando variantes y afinando puntos concretos. Vamos a llegar, al final, a un logosímbolo concreto bien definido.
Fase 7. Elaboración del manual de imagen. Elaboramos un atractivo documento para comunicar nuestro trabajo. Este será el resultado de todo nuestro trabajo anterior.

Las sesiones creativas

Las sesiones de trabajo son especialmente importantes en esta disciplina, ya que necesitamos un tipo muy especial de participación. La creatividad surge del aporte individual al conjunto. Es importante escuchar bien las ideas de los demás, además de exponer las propias con respeto y sin ansias de imponerlas. A veces no es fácil distinguir cuándo es el momento de hablar y cuándo el de callar.

La riqueza de ideas dependerá del compromiso de los participantes. En algunas fases es fundamental que fluyan un gran número de ideas, sin necesidad de que sean valoradas en ese momento. Por ejemplo, en la fase 4, no tiene sentido discutir las ideas de otros o expresar desacuerdos: simplemente todas las ideas compartirán espacio en un panel. Más tarde, las mejor consideradas se abrirán paso sobre las demás por su propio peso.

Los bloqueos son inevitables. A veces las ideas se agotan, no fluyen. Entonces es el momento de parar, estirar las piernas y buscar un nuevo enfoque. Técnicas como las Lluvia de ideas pueden sernos útiles.

También es bueno rodearnos de material y objetos estimulantes. Enciclopedias, libros, revistas o internet sirven bien de fuentes de inspiración y consulta.

Escuchar y sobre todo aportar. Siempre suele ser más útil aportar ideas que criticar e intentar eliminar las que ya existen. No olvidemos que nuestros colaboradores no son el enemigo. Si no nos gusta una idea podemos decirlo, por supuesto. Pero si una vez expresada nuestra opinión los demás no comparten nuestro criterio, es mejor no insistir.

La escucha, la paciencia, valorar las aportaciones de los demás y crear un clima en el que podamos disfrutar del trabajo conseguirá los mejores resultados. Además nos proporcionará gran satisfacción.

Conclusión

Este proceso es fácil de reproducir a pequeña escala siempre que se necesite crear un producto nuevo. Por supuesto, se basa sólo en el diseño y no tiene en cuenta muchos aspectos básicos importantes, como los costes, la viabilidad, o la competencia y el posicionamiento del producto. Esos aspectos son fundamentales, pero necesitan de un análisis más profundo que no podemos hacer solos. Necesitaremos la colaboración de otros profesionales, como economistas, expertos en marketing...

Este es un trabajo de equipo y nosotros aportaremos nuestro granito de arena al proceso global desde nuestra perspectiva: la imagen.

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